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Editorial Dunken - Librería on line

viernes, 4 de septiembre de 2009

Lugubrosidad



Podría comenzar diciendo; no me toques en el lunar del desencuentro. No abuses de nuestros mudos diálogos y no dejes que el humo de tu cigarro me dibuje con palabras que sólo conocen el desvarío, porque queda mucho camino aún y ya no tengo tiempo.

Entonces me pongo a pensar que quizás los límites de mis decires, son los límites de mi universo, pero bien sabés cuánto odio los límites, y tal vez por eso me vienen a la mente fragmentos de cosas que nunca te dije. No sé porqué, a veces, nos costará tanto desnudar nuestros sentimientos y sin embargo también tenemos otros momentos en los que soltamos las palabras así, de golpe y sin miedo, tal vez como ahora hago (qué fácil parece, ¿no?, será porque la nada me rodea) puede que tan sólo escriba para decirte un "¡Lo inolvidable también se olvida!" O que dejaré de luchar… (Me siento tan cansada) o tal vez sea por eso de hablar antes de tiempo, o que tus actos duelen más que las patadas en el hígado y que me ignores es peor que una caída libre, pero ¿qué más da?, ya llega la unidad de crisis a mi encuentro en renovado embalaje ovalado y bicolor…

Aquí estoy ahora, llenándolo todo de letras y me desespera el querer decir más y tan sólo disponer de diez dedos de los cuales sólo utilizo cuatro para escribir; a veces me bloquea el que mis manos sean agua y vayan creando un ambiente de letargo, de soledad de a dos.

No haré ya más tornados en las tazas de café, no oleré el aroma triste de tu mirada, ni tendré un ataque de cuestiones en vano; en cambio, le sonreiré al miedo, me morderé un te amo, y esconderé el dolor entre letras y acentos mal ubicados.

Tal vez, nada más traspase las murallas que levanto para protegerme del miedo, mis manos –ya líquidas- se despeguen de las teclas y todo esto no sea más que un “Sonríe, la vida es bella”; porque puede ser que al cerrar los ojos compruebe, una vez más, que yo controlo la forma de mis penas aunque ahora la sostengan tus dedos escurridizos

Mientras tanto, llamalo como quieras... pero yo diría que se avecina un desencuentro mezclado con horas de lugubrosidad…


2009 copyright © derechos Reservados

2 comentarios:

María Laura dijo...

Y LO TERMINO DE LEER
TOMO AIRE,
PORQUE ME FALTA...
SI HASTA LA SOLEDAD HABLA!!!
GRACIAS,
LAU!

Anónimo dijo...

Se te ve el alma tras cada palabra
Gracias
Saludos