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Editorial Dunken - Librería on line

sábado, 4 de agosto de 2012

Carta a mi hija en el día de su graduación


     

 Siempre hablamos de este día como de un sueño muy lejano, pero finalmente llegó.
Llegó como siempre que uno le pone a un sueño todas sus energías.
Vos hijita le pusiste eso  y más para hacerlo realidad, me consta.  Me consta como a nadie más todo el sacrificio, el esfuerzo, las lágrimas, la voluntad y la lucha interna que hay detrás de esta grandiosa realidad de hoy.

      Me miro hacia adentro buscando… queriendo desenredar esta maraña de sensaciones que me inunda, pero al toque me pregunto;  ¿para qué? Sí, ¿para qué?  Si después de todo, (y el después de todo es literal, y el todo es inmenso), lo que realmente cuenta es tu logro hija y la felicidad que nos trae a los que te amamos que somos muchísimos!

Aunque, te cuento algo… por ahí me descuido y una pequeña angustia se me cuela entre tanta alegría, y es porque tus abuelos no pueden estar para tirarte huevos y llenarte de elogios y besos, (así, viscerales y eternamente juguetones como eran…)
Claro, vos pensarás que yo sé muchas cosas, y tendrás razón… Porque yo sé que es la ley de la vida, y que aunque invisibles; ¡están!  Pero el corazón tiene esta cosa de no entender de razones, sólo de emociones y, chan, la angustia se aprovecha y entra…
Pero, ¿sabés qué?, si lo pienso un poquito más,  me doy cuenta que está bien que así sea, porque si en este día único en tu vida y por ende en la mía, no los recordara, sería sumirlos en la peor de las muertes, la única irrevocable, la de la memoria.

Así que, hijita, ¡celebremos este día juntos, los que te amamos en este mundo y en el otro! Y no te sientas mal si te pasa lo mismo que a mí, porque ya ves, es lo mejor que nos puede pasar; ¡sentirlos vivos dentro!

Gracias mi amor por esta felicidad de hoy.  Por el orgullo y admiración que me provocás que de tan grandes no me caben en el cuerpo.  Gracias por tu desbordante humanidad y por tu transparencia irrepetible.  Gracias por tu vehemencia que te hace ser quien sos, un ser humano que lucha por sus ideales y principios.  Y gracias también por tu tesón y perseverancia que te condujeron a este glorioso día en que comenzarán a llamarte DOCTORA!!!

Te amo más allá de todo.  Pero la profundidad de mi amor sólo la comprenderás el día en que te  comiencen a llamar  mamá.