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Editorial Dunken - Librería on line

viernes, 12 de noviembre de 2010

Vos y yo



-¿Por qué llorás?

-¿por qué cada recuerdo se hace agua tibia en tus ojos?

-¿Por qué ese nudo apretado en el pecho que casi te impide respirar y esa angustia constante que de tanto quedarse se hizo parte de vos?

Te observo desde afuera y veo todo lo que quisiera ser o tener. ¡Te admiro! Y sin embargo vos no sos feliz…

Extraña paradoja la que toca vivir. Tanto amor para dar y recibir…y en tu interior tanta soledad…

Vivís dos mundos; uno de luz…y otro de densa oscuridad.

Caminás retorcidos laberintos que al tiempo que te acercan a la ansiada paz te alejan de ella.

No te culpes más. Nadie manda sobre su sentir.

Das de vos lo mejor y lo peor. Das a raudales. Das hasta secarte por dentro y apagarte por fuera.

Si la necedad lo ciega, si el egoísmo lo envuelve, si el rencor lo guía, ese es su karma…

Tu deber para con vos misma es continuar tu camino. Seguir construyéndolo sobre la marcha. No detenerte. No volver la vista atrás a cada paso porque eso te limita. Y nunca te gustaron los límites. Los límites coartan tu libertad. La libertad es tu bien más preciado. Sin ella morís lentamente.

Necesitás sentirte libre por dentro tanto como necesitás de la naturaleza que te llama desde cada pequeña manifestación de vida. No podés recluirte. No podés dejar de expresarte. Necesitás crear a cada paso. Todo te asombra, todo te inquieta, todo lo que te rodea te inunda de ideas nuevas, de proyectos locos, de nuevos sueños…

No te gusta soñar sola.

Entonces él se te impone. Necesitás de sus manos cálidas, de su risa desbocada, de su espalda fuerte. Necesitás su mesura para que te indique el fin del camino, que te ponga freno a tiempo y no caigas de cara al insidioso abismo…

Necesitás de sus ojos mirando tu obra, porque ellos la hacen bella.

Lo necesitás para que todo tenga sentido, para que cada pieza de tu desquiciada vida encaje en su lugar.

Estás perdida en un mar de culpas, sinrazones, ingratitud y soledad…

Querés huir pero no sabés a dónde ir.

Todo aquello que te mantenía asida a la vida, ha muerto…

Sólo te quedan los sueños.

Sólo te resta ir tras ellos!!!




2010 copyright © derechos Reservados

1 comentario:

Benjamin Mejias Caris. dijo...

Que nos has dicho aquí querida Sandra, mi verdad misma, ese secreto innato que me acompaña en el silencio.
Es un gusto como siempre leer sus bellas letras.
Un gran abrazo.