Para adquirir el libro NADIE SIENTE CON MI PIEL de Sandra A. González Saavedra (click abajo)



Para adquirir el libro NADIE SIENTE CON MI PIEL de Sandra A. González Saavedra (click abajo)


Editorial Dunken - Librería on line

sábado, 15 de agosto de 2009

Ahí estás...


Aún estás viva a pesar de vos misma, y sin saber cómo caminás en la más extrema quietud. Cuando el corazón es silencio, cuando la respiración es vacío, no hay descanso, no hay paz. Luego de largos años de lucha no hay razones para descansar en paz. No hay razones…
Hay el misterio del latido. Hay la oscuridad del silencio. Un llamado te detiene; su voz te acaricia el alma. El cerebro es vértigo. Un hachazo certero desnuda la ternura del árbol y continuás tu camino, camino que no fue interrumpido porque no hay meta, porque no hay rumbo, porque sabés que la indiferencia y el desamor son el destino.
Tus entrañas son silencio. Tu interpretación es fraude, aún así no podés callar.
Mirar te desnuda. Mirar es pregunta y respuesta. Fatalidad del acto cuando tus palabras sucumben a la indiferencia de su corazón. Escuchás…y tu cuerpo sufre las mentiras. No importa ¿qué otra suerte te queda? Caminás sin saber cómo; sin saber un sendero de lágrimas donde tristeza y alegría se confunden.
Deseás huir pero fracasás… La vida se te impone. Él, se te impone… Sabés que no hay descanso. Tu vida arrasa las fronteras de la verdad oculta en su palabra. Temés creer ser lo que no sos; pero no podés huir… ya es tarde; tu suerte ha sido echada.
Caminas un camino sin final, hablás un lenguaje incomprensible. Querés sepultar la pasión que te atormenta mientras la noche se yergue en tus entrañas, mientras tus huesos se transforman en madera.
Cuando laten al unísono muerte y vida, sol de medianoche, luna del amanecer, escondés el cuchillo que abre tu garganta, filo despiadado, dolor inquebrantable, ancestral herida.
Paridas las palabras llevan en sí la sangre como alimento, y retrocedés…También retroceden diálogos cobardes; frígidos. Temés que la vida aniquile a tus muertos y confiás en el firme cuchillo que continúa su trabajo; minuciosa cirugía a cada fragmento de tu mente. Espera su momento…
Caminas!!!
El hueco se agiganta, una puerta sin paredes es tu cárcel mas no sólo tuya es la decisión de la apertura. ¿Cómo decir lo que no puede ser dicho? te preguntás. Te cuestionás y te engañás: no son tus palabras las que nombran lo innombrable, no son tus pies los que trazan el sendero.
El hombre amado vive un hogar con puertas ilusorias; necio animal que las golpea y no puede ver que las paredes nunca han existido. Hace de su hogar su cárcel, de tu amor su esclavo, de su esclavo tu muerte prematura, pero aún está allí ese hálito de fuego que te ha dado, aquello que intentás enfriar para encontrar tibieza en la enceguecedora luz que te ha brindado. Aquello que tratás de opacar para encontrar ese profundo e incomprensible sentido que quisieras poder entender para hallar la calma…
Difícil es agradecer al caos que late, difícil es escuchar, mirar, oler, tocar, saborear; difícil es comprender que la reciprocidad es un don que la vida no se cobra, acontece. Es entre los escombros de tus sentimientos no correspondidos donde tenés que encontrar la fuerza para continuar! Tu cautela nada sabe del mañana. Llevás en vos el pasado y el futuro.
Amanece el mismo sol que ilumina tus noches y vigilias. Nuevamente tu humano destino repta tu columna vertical y horizontal, caminás inesperadas torsiones, tus deseos no podés encerrarlos. Tu cuerpo de piedra se agrieta y se derrumba. Arena infinita sos… el viento y el mar no interrumpen su trabajo… arena infinita, desierto nómada, cíclico tiempo inmortal… tu vida clama vida! Él, tan cauto: muere.
Más allá del horizonte: latidos estelares, negrura destellante, el corazón regresa a tus oídos. Hondas bocanadas de aire encienden tu cuerpo. El ojo de fuego incendia tus párpados, no hay profundidad, hay abismo donde lo lejano y lo cercano se entrelazan, donde la vida y la muerte; hermanas eternas, olvidan sus disputas. No hay guerra no hay paz, hay el pudoroso torbellino de la quietud, hay el camino que no podés desandar; hay lo que las palabras no pueden conquistar.

Soy lo que soy, secreto indescifrable, negrura subterránea; música anónima que viaja con las nubes, agua suspendida, doliente impotencia, quietud inesperada, cerebro lúcido y ausente al mismo tiempo, poesía dilatada, existencia terrenal, espalda erecta y partida, espejo solitario de almas perdidas, soy estúpida en mayúsculas!

Realizo en silencio mi trabajo, nada espero… nada pretendo.

Ahí estás presente sin desearlo; presente sin saberlo; presente sin estarlo…

2009 copyright © derechos Reservados

2 comentarios:

Pablo dijo...

Esos juegos con las contradicciones, con los sentimientos opuestos pero que se dan juntos me atrapan tanto, además de la claridad de las imágenes y la intensidad de los sentimientos.
Es terrible lo que provocan al leerlo, sentí como si hubiera estado peleando...
Maravilloso texto

Unknown dijo...

Sos lo que sos, una mujer increíble que late en cada palabra y comunica tanto con ellas que hace tambalear al mejor plantado.

Me tomo el atrevimiento de pedirte que no dejes de ser como sos pero que elimines eso de estúpida en mayúsculas porque lo que leo aquí deja muy en claro toda tu inteligencia.

Un abrazo