El arduo ejercicio cotidiano del autocontrol.
Ponerle paños fríos a la ardiente lava que bulle y ruge en el interior.
Vendar los ojos del saber.
Entibiar las ideas y cambiarle el color al pensamiento.
Dosificar las emociones y aquietar con firmeza el frenético ritmo de los sentimientos.
Engrilletar con las cadenas de la cordura a las manos que buscan, tocan y besan en desquiciante éxtasis sensual.
Amortajar por siempre los labios que osados, recorren los caminos íntimos de su cuerpo, susurrando ternuras y pecados, trazando húmedos surcos de placer.
Ocultar con apretado atuendo la piel erizada; el escalofrío indiscreto que recorre la espalda hasta estallar en loca apoteosis al llegar al cuello.
Doblar prolijamente los impulsos y arrebatos y acomodarlos en sendos cajones de olvido.
Enmudecer las palabras del amor y acallar eternamente la pasión.
Convertirme en mansa.
Inventarme calma.
Acostarme llama y levantarme agua…
Ser brisa y ser playa.
Nunca más tormenta…ni viento, ni marejada.
Olvidar desbordes, extremos y excesos.
Ser sombra y sosiego.
Nunca más sol o luna…
Nunca más cumbre o abismo…
Nunca más…yo.
2010 copyright © derechos Reservados
1 comentario:
LOS TIEMPOS CORREN...
LO COTIDIANO SUCEDE,Y NOS ATROPELLA,
LAS CALLES Y LAS VEREDAS SE COLMAN DE GENTE,SE QUEDAN SOLITARIAS...
LOS PAISAJES INTERNOS,TAL VEZ,VAN Y VIENEN...
MOVIMIENTO Y CAMBIOS,
PERO SE PUEDE CAMBIAR LA PASION?
SOS,SIEMPRE PARA BIEN!!!
TE DOY UN ABRAZO,
LAU!
Publicar un comentario