Aún estás viva a pesar de vos misma, y sin saber cómo caminás en la más extrema quietud. Cuando el corazón es silencio, cuando la respiración es vacío, no hay descanso, no hay paz. Luego de largos años de lucha no hay razones para descansar en paz. No hay razones…
Hay el misterio del latido. Hay la oscuridad del silencio. Un llamado te detiene; su voz te acaricia el alma. El cerebro es vértigo. Un hachazo certero desnuda la ternura del árbol y continuás tu camino, camino que no fue interrumpido porque no hay meta, porque no hay rumbo, porque sabés que la indiferencia y el desamor son el destino.
Tus entrañas son silencio. Tu interpretación es fraude, aún así no podés callar.
Mirar te desnuda. Mirar es pregunta y respuesta. Fatalidad del acto cuando tus palabras sucumben a la indiferencia de su corazón. Escuchás…y tu cuerpo sufre las mentiras. No importa ¿qué otra suerte te queda? Caminás sin saber cómo; sin saber un sendero de lágrimas donde tristeza y alegría se confunden.
Deseás huir pero fracasás… La vida se te impone. Él, se te impone… Sabés que no hay descanso. Tu vida arrasa las fronteras de la verdad oculta en su palabra. Temés creer ser lo que no sos; pero no podés huir… ya es tarde; tu suerte ha sido echada.
Caminas un camino sin final, hablás un lenguaje incomprensible. Querés sepultar la pasión que te atormenta mientras la noche se yergue en tus entrañas, mientras tus huesos se transforman en madera.
Cuando laten al unísono muerte y vida, sol de medianoche, luna del amanecer, escondés el cuchillo que abre tu garganta, filo despiadado, dolor inquebrantable, ancestral herida.
Paridas las palabras llevan en sí la sangre como alimento, y retrocedés…También retroceden diálogos cobardes; frígidos. Temés que la vida aniquile a tus muertos y confiás en el firme cuchillo que continúa su trabajo; minuciosa cirugía a cada fragmento de tu mente. Espera su momento…
Caminas!!!
El hueco se agiganta, una puerta sin paredes es tu cárcel mas no sólo tuya es la decisión de la apertura. ¿Cómo decir lo que no puede ser dicho? te preguntás. Te cuestionás y te engañás: no son tus palabras las que nombran lo innombrable, no son tus pies los que trazan el sendero.
El hombre amado vive un hogar con puertas ilusorias; necio animal que las golpea y no puede ver que las paredes nunca han existido. Hace de su hogar su cárcel, de tu amor su esclavo, de su esclavo tu muerte prematura, pero aún está allí ese hálito de fuego que te ha dado, aquello que intentás enfriar para encontrar tibieza en la enceguecedora luz que te ha brindado. Aquello que tratás de opacar para encontrar ese profundo e incomprensible sentido que quisieras poder entender para hallar la calma…
Difícil es agradecer al caos que late, difícil es escuchar, mirar, oler, tocar, saborear; difícil es comprender que la reciprocidad es un don que la vida no se cobra, acontece. Es entre los escombros de tus sentimientos no correspondidos donde tenés que encontrar la fuerza para continuar! Tu cautela nada sabe del mañana. Llevás en vos el pasado y el futuro.
Amanece el mismo sol que ilumina tus noches y vigilias. Nuevamente tu humano destino repta tu columna vertical y horizontal, caminás inesperadas torsiones, tus deseos no podés encerrarlos. Tu cuerpo de piedra se agrieta y se derrumba. Arena infinita sos… el viento y el mar no interrumpen su trabajo… arena infinita, desierto nómada, cíclico tiempo inmortal… tu vida clama vida! Él, tan cauto: muere.
Más allá del horizonte: latidos estelares, negrura destellante, el corazón regresa a tus oídos. Hondas bocanadas de aire encienden tu cuerpo. El ojo de fuego incendia tus párpados, no hay profundidad, hay abismo donde lo lejano y lo cercano se entrelazan, donde la vida y la muerte; hermanas eternas, olvidan sus disputas. No hay guerra no hay paz, hay el pudoroso torbellino de la quietud, hay el camino que no podés desandar; hay lo que las palabras no pueden conquistar.
Soy lo que soy, secreto indescifrable, negrura subterránea; música anónima que viaja con las nubes, agua suspendida, doliente impotencia, quietud inesperada, cerebro lúcido y ausente al mismo tiempo, poesía dilatada, existencia terrenal, espalda erecta y partida, espejo solitario de almas perdidas, soy estúpida en mayúsculas!Realizo en silencio mi trabajo, nada espero… nada pretendo.
Ahí estás presente sin desearlo; presente sin saberlo; presente sin estarlo…
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