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Editorial Dunken - Librería on line

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Reencontrándome


En algún punto del camino de la vida me perdí de mi misma; casi sin darme cuenta, que es como siempre suceden estas cosas… Pero quiso el destino, si es que acaso existe, que lo notara a tiempo y así empezara a transitar el camino de mi propio encuentro.

Había olvidado cómo sonaba mi música interior, cómo bailaba loco mi corazón cuando algo lo sorprendía…

Había perdido el regocijo de la risa porque sí, y el brillo de la mirada asombrada.

No tenía idea de a dónde habían ido a parar mis arranques de rebeldía justiciera, mis ilusiones de cambiar al mundo con un pequeño aporte cada día, mi loca impulsividad que otrora me llevara tan lejos…

Ya no me escuchaba porque en realidad no tenía nada que decir. Mi piel estaba tan seca y agrietada como mi espíritu, y todo en mí era chatura y monotonía.

Pero de a poco, que es como también siempre suceden estas cosas, fui rompiendo de adentro hacia afuera la dura corteza en que me había arropado a lo largo de… ¿cuánto tiempo? ¿Cómo se mide el encierro del alma? ¿Se cuentan los años, los días, las horas…?

¿O se cuentan lágrimas, tristezas y soledades?

Lo ignoro… pero como el brote obstinado del árbol perenne que emerge triunfante a la luz del sol aún bajo la nieve más densa, así fui saliendo de mi enquistamiento.

Fue un largo proceso. Penoso, durísimo… Fue avanzar un paso y retroceder dos…

¡Pero la perseverancia se impone triunfante cuando se la abraza!

Y un día cualquiera y sin previo aviso, me encontré a mi misma en la paz y serenidad del aire frío de una noche de luna.

Lo supe de inmediato porque escuché mi música interior y bailó loco mi corazón. El brillo de mi mirada me fue devuelto por el más bello de los espejos, la mirada clara de mis dos tesoros, mis hijos amados. Y escuché mi risa sin ningún motivo, y sentí la fuerza de mis ilusiones y todo el empuje de la rebelión!

Y supe por esto que estaba de vuelta, que a mi Yo perdido lo había encontrado.

Que el largo proceso y el duro camino valieron la pena.

Hoy tan sólo espero que este reencuentro dure para siempre.

No quiero dolerme. No quiero olvidarme. No quiero perderme…

2011 copyright © derechos Reservados

2 comentarios:

Benjamin Mejias Caris. dijo...

No se si estoy aquí
o es la hora del día
un poco piadosa
o es la hora de mi edad
un poco olvidada
o es esa ilusión que no nos devuelve la verdad
no se si estoy aquí...
Gracias Sandra por esta bella ilusión.

Sandra dijo...

A vos, por ser...