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Editorial Dunken - Librería on line

sábado, 13 de diciembre de 2014

A mis seres queridos


A veces se me da por pensar en ese día y esa hora en que emprenda el viaje definitivo.

Es un tema recurrente en mí, ¿pero cómo no habría de serlo si es la única certeza que tengo?


Sé que este cuerpo que habito es sólo un envoltorio, un recipiente que aloja en su interior algo trascendente que gusto de llamar alma algunas veces o espíritu otras.  Y en esta convicción encuentro la tranquilidad que me permite “vivir viviendo” y no sólo transcurriendo, porque siento que no importa cuán breve o prolongada sea la estadía en este mundo, si total me espera la eternidad…  Entonces, no pienso mucho en el futuro, en ahorrar para la vejez,  (que está a la vuelta de la esquina), en ser precavida,  en acumular bienes, en guardar objetos o energía.  Elijo atesorar momentos felices, hacer lo que quiero cada vez que puedo, decir te amo tantas veces como lo sienta y besar y acariciar y abrazar todo aquello que me provoque las ganas de hacerlo, sea animal, mineral  o vegetal. 


Me río mucho y a carcajadas, sola o acompañada, también lloro…

Canto a voz en cuello mientras manejo y bailo por la casa mientras la limpio y ordeno, (no me atrevería a hacerlo en público jajaja).  Pero cada tanto me pinta la tristeza… las ganas de escuchar voces amadas que ya no volverán a sonar, o de oler el aroma de pieles  que ya no existen…


Y es ahí donde pienso en mi última hora,  en esa última exhalación… Me veo anciana y rodeada de amor, en mi cama tibia y acogedora…  Pero me niego a imaginar que no volveré a estar en contacto con mis más grandes amores, me rebelo a esa idea y busco la manera de llegar a ellos, de conectarme con sus almas/espíritus y hacerles llegar mi amor.

Entonces escribo.   Sé que las palabras que deje escritas me sobrevivirán y a ellas podrán recurrir los que me amaron cuando así lo deseen.



¡Pero siempre siento que tiene que haber algo más! 



Hoy escuché un reportaje en la radio que me hizo bien. Que en cierta forma me trajo una respuesta.  La persona entrevistada habló de la música como herramienta de comunicación, y algo me vibró muy hondo y lo supe; estaré en la música. A través de ella estaré entre ustedes!!



No lo olviden amados míos, cuando yo me haya ido…


1 comentario:

Jorge Curinao dijo...

Son las hojas que sueñan ser árbol.