Para adquirir el libro NADIE SIENTE CON MI PIEL de Sandra A. González Saavedra (click abajo)



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Editorial Dunken - Librería on line

jueves, 19 de noviembre de 2015

As time goes by...

Las cosas que pasan en la vida: las experiencias, las desilusiones, el desamor, la envidia, la inseguridad, la soledad, el desasosiego, la ignorancia, el apego, los enamoramientos, las negaciones, como así también las hazañas, los logros, las sorpresas, la correspondencia, el vínculo pleno, los placeres, las distracciones y tantas otras cosas más que seguramente me faltan nombrar;  parecen no tener sentido alguno o relación entre ellos. Sin embargo, ahora que experimento esto de madurar y de haber acumulado años de observación de mí misma; comienzo a notar que muchas de las cosas que me sucedieron se relacionan fuertemente unas con otras.
No por una situación mágica o para darle una explicación espiritual. Sólo utilicemos la lógica. Lo que somos hoy, lo que recibimos hoy es lo que hemos venido siendo y recibiendo toda la vida.
Mucho tiempo me lamente de mis desgracias –realmente al pedo- porque me encantaba ser la “víctima”. Cuando sos víctima la vida se hace tremendamente dura y también tremendamente triste. Y es como una droga barata que te hace sentir bien por un momento y después te pasas varios días con dolor de cabeza y sin poder estar bien.
Es muy sencillo dejar de ser víctima. Te hacés cargo de lo que hacés Y de lo que te pasa por hacer lo que hacés. Y listo. Autocrítica honesta. Autocrítica brutal. Darse cuenta que no está mal cambiar las propias reglas, mejorar la técnica, disfrutar del juego aunque la estés pasando mal.
Cuantos más detalles tengas en claro, más sencilla será la tarea de descubrir la relación entre nuestras desgracias y nuestro accionar; entre nuestras alegrías y nuestro proceder. Es un laburito individual. Nadie lo puede hacer por vos. Algunas personas tienen el poder de darte algunas pistas, sí; claro. Pero el que contiene la respuesta total y verdadera es uno nada más.
Entonces cambias la forma de moverte:
En vez de  solamente pedir perdón, hacés algo para subsanar tu error.
En vez de lamentarte por una pérdida, sabes porqué lo perdiste.
En vez de sentirte indefenso, te empoderás con la experiencia.
En vez de reprimirte, te liberás.
En vez de callarte,  hablás, compartís.
En vez de prejuzgar, preguntás.


Es claro que cuando uno quiere algo y pone energía en ello, de verdad lo obtiene. Las frustraciones llegan cuando aquello que se esperaba no llega.
 


Muchas veces se prepara un festín,  se compra ropa nueva, se va  a la peluquería, y cuando la hora llega es para encontrarse solo frente a una gran mesa  preguntándose porque nadie vino en lugar de hacerse cargo del olvido de mandar las invitaciones. 

Futuro...

No puedo evitar prever desde ahora, junto al buen azar de tenerte, el anticipo de la nostalgia que sentiré cuando no estés.


martes, 20 de octubre de 2015

LOCURA

–A través de la experiencia de su larga reclusión, ¿piensa que hubo alguna evolución en las técnicas psiquiátricas? (…) ¿Es una desmesura imaginar en este lugar a un psiquiatra que ve en los ojos de su paciente la luz sin mácula y a la par desgarrada de la poesía?
–¿Ver la luz celeste de la poesía en la oscuridad perversa de un infierno…? Sólo Dios, o los ángeles podrían hacerlo. Me cuesta hablar de la realidad del hospital en forma tan directa, particular. No se olvide de que para la sociedad sigo siendo un loco, un incapaz de buenos juicios. Que debo, al menos en lo formal, aceptar el orden que se me impone, por injusto que sea. Es que no tengo defensas. Ya no existo para el mundo exterior; soy –aunque yo sé bien lo que en realidad soy– un poquito más de esa basura que se aparta para que no hiera con su hedor. Eso sí, por lo que yo puedo testimoniar en carne viva, diría que la psiquiatría vigente no merece ser tratada ni analizada como ciencia. No han ido más allá del castigo indiscriminado, del electroshock o la receta de pastillas. En cuanto a saber del espíritu, nada, nada. ¿Pero acaso podríamos pedirle a la psiquiatría de hoy que entienda lo que es un poseso en la filosofía de Platón? Aun así debemos tener compasión por las ciegas criaturas que nos dañan. Y paciencia: paciencia del amor y del llanto…
-¿Qué hace aquí? ¿Por qué sigue aquí? ¿Han leído los médicos su poesía? ¿Hay algo más certero que la poesía para conocer la verdad profunda de un hombre?
–Usted cree demasiado en la poesía, le espera una vida difícil. Yo también creo, pero desde la resignación. El misterio de la poesía nos saca de la influencia de la carne y nos permite esperar la noche divina. Soy un poeta que ya no busca las palabras, sino el verbo; pero para los médicos y los jueces, para su cruel simpleza, sigo siendo un enfermo mental. Sin embargo, para mí, la sociedad en su conjunto está trastornada. Gran parte de la gente padece de problemas mentales, en especial los psiquiatras, los gobernantes, los hombres del poder. ¿Es que alguien sabe lo que es el alma, lo que es el intelecto? ¿Es que alguien ama a su prójimo como a sí mismo? Los que ven a un preso, ¿miran al preso? Los que vienen al hospicio, ¿miran al loco?



*Fragmento de un diálogo que tuvo lugar en 1968, en el Hospital Borda, donde Jacobo Fijman se hallaba internado desde la década de 1940; publicado en la revista Crisis, Nº 11, marzo de 1974.
"Hay que amar con valor, para salvarse. Sin luna, sin nostalgia, sin pretextos.
Hay que despilfarrar en una noche  -que puede ser mil y una- el universo, sin augurios, sin planes, sin temblores, sin convenios, sin votos, con olvido, desnudos cuerpo y alma, disponibles para ser otro y otra a ras de sueño."


- A ras de sueño, Mario Benedetti
"Aquellas imágenes le habían entrado por los ojos como la instantánea percepción de la felicidad absoluta y sin condiciones. Se las llevaría consigo para siempre. Porque es así como te fastidia la vida. Te atrapa cuando todavía tienes el alma adormecida y siembra en su interior una imagen, o un olor, o un sonido que después ya nunca puedes sacarte de encima. Y aquello era la felicidad. 
Lo descubres después, cuando ya es demasiado tarde. Y ya eres, para siempre, un exiliado: a miles de kilómetros de aquella imagen, de aquel sonido, de aquel olor. A la deriva."


-Tiendas de cristal / Alessandro Barico

viernes, 24 de abril de 2015


Te quiero como gata boca arriba, 
panza arriba te quiero, 
maullando a través de tu mirada, 
de este amor-jaula 
violento, 
lleno de zarpazos 
como una noche de luna 
y dos gatos enamorados 
discutiendo su amor en los tejados, 
amándose a gritos y llantos, 
a maldiciones, lagrimas y sonrisas 
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría) 

Te quiero como gata panza arriba 
y me defiendo de huir, 
de dejar esta pelea 
de callejones y noches sin hablarnos, 
este amor que me marea, 
que me llena de polen, 
de fertilidad 
y me anda en el día por la espalda 
haciéndome cosquillas. 

No me voy, no quiero irme, dejarte, 
te busco agazapada 
ronroneando, 
te busco saliendo detrás del sofá, 
brincando sobre tu cama, 
pasándote la cola por los ojos, 
te busco desperezándome en la alfombra, 
poniéndome los anteojos para leer 
libros de educación del hogar 
y no andar chiflada y saber manejar la casa, 
poner la comida, 
asear los cuartos, 
amarte sin polvo y sin desorden, 
amarte organizadamente, 
poniéndole orden a este alboroto 
de revolución y trabajo y amor 
a tiempo y destiempo, 
de noche, de madrugada, 
en el baño, 
riéndonos como gatos mansos, 
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados 
a los pies del sofá de leer el periódico. 

Te quiero como gata agradecida, 
gorda de estar mimada, 
te quiero como gata flaca 
perseguida y llorona, 
te quiero como gata, mi amor, 
como gata, 
como mujer, 
te quiero. 


Gioconda Belli 

miércoles, 8 de abril de 2015

La música y yo

No es fácil levantarse. Es un acto que implica una gran fuerza de voluntad. Significa dejar atrás el mundo plácido de los sueños y el reposo para adentrarse en  la realidad... La inercia nos puede, hay que hacer un gran esfuerzo para vencer la quietud y la calma. Sin embargo, hay un momento puntual, definido, en el que uno siente que valió la pena hacerlo-

Justo después de abandonar la cama, llega el ritual de cada mañana. En mi caso, el momento de poner a hacer las tostadas, reunir en una taza los ingredientes del infaltable café con leche de cada día y poner música.

No es un instante cualquiera, no simboliza otro eslabón en la cadena de actos rutinarios... elegir la primera canción del día es un ritual. En realidad, no se trata de elegir sino de descifrar.

Hay algo, un mecanismo particular que hace que cada mañana una canción me despierte. Aún en los peores despertares, en las jornadas que predecimos atiborradas de complicaciones, mi cerebro se escabulle de los enredos y se esconde en una canción por unos segundos.


Si soy capaz de detectar la melodía exacta que suena en mi interior en el instante previo a abrir los ojos y la escucho tomando mi café con leche (ése que tomo en mi taza especial, con mis pantuflas más cómodas y el pelo alborotado), si todas esas acciones cotidianas se conjugan, entonces, aunque más no sea por unos minutos, soy una persona feliz y estoy en calma.


Después el mundo puede girar más rápido que nunca, la tristeza puede encontrar la grieta en la pared, puede el enojo crisparme los nervios o la ansiedad alterar mi respiración... durante todo un día sé a ciencia cierta que hay una canción en la que me voy a refugiar y que ese sonido en mi cabeza puede devolverme la calma.

martes, 17 de febrero de 2015

Acera de sol

Prefiero caminar con quien camina
ufano de su paso a cada paso,
que lleva buen humor en la mochila
y acaso un amuleto, por si acaso.
Prefiero caminar con quien no miente
porque siempre es oscura la mentira
como una mordedura de serpiente,
como el desequilibrio de la ira.
En una acera de sol,
nos vamos a encontrar....amigo.
En una acera de sol,
quisiera caminar contigo.
Prefiero caminar con la sonrisa;
espontáneo fulgor de la esperanza,
que vuela por sí sola y no precisa
de reparos, censuras ni fianzas.
Prefiero caminar con los valientes
heroicos en la paz, que no en la guerra,
que luchan una lucha diferente
la lucha del amor sobre la tierra.
Prefiero caminar con tu ternura;
esa fuente de luz que me ilumina,
me ablanda como al pan la levadura,
me alegra como al aire a la ocarina.
Prefiero caminar con lo entrañable;
la mesa con mantel y mis vecinos,
el fuego en el hogar, y la inefable
nobleza de una copa de buen vino.
En una acera de sol,
nos vamos a encontrar.... amigo.
En una acera de sol,
quisiera caminar contigo!


Alberto Cortez

jueves, 1 de enero de 2015

Año nuevo




Primer día del año 2015.
En mi cabeza se aglutinan miles de palabras. Se juntan, se conocen, se saludan, se invitan, se acompañan, se pelean, se distancian, se reordenan. Frases completas que surgen, que crecen, que viven entre mis ideas, que se acurrucan en mis neuronas, que se quedan ahí, listas, predispuestas a ser dichas o archivadas o modificadas o agrupadas.

Cocino y se me llena el cuerpo de memorias que hacen que sea optimista sólo porque alguna vez existieron, y las letras me desbordan. Con cada tomate que corto, con cada ñoqui que paso por el tenedor, en cada uno de esos gestos simples, diminutos y cotidianos reaparece esa persona, esa historia, ese recuerdo y toma forma de palabras y se relata completo adentro mío mientras mis manos están ocupadas haciendo otras cosas, cocinando, viviendo...

Me miro desde afuera de mí misma, me veo similar a la niña que era, torpe y con una cuota no menor de temor adentro del cuerpo pero, aún así, me parece que entiendo toda una parte de esta mujer que soy.
Mientras estoy de cara al cielo, colgando de la hamaca entre el asador y el gallinero, en silencio, en calma, concentradísima en cada movimiento que hago para que mi torpeza no me traiga consecuencias graves, las oraciones aparecen espontáneamente, como si no tuviese que pensarlas. Y se quedan ahí, tranquilas, sin siquiera demandar que las exteriorice.
Casi de la nada, consigo equilibrar anécdotas mientras mis dedos están entretenidos haciendo otras cosas, entoldando vientos...viviendo.

Decenas de nociones cotidianas se enuncian a sí mismas adentro mío cada día. Están ahí, acá, se van haciendo lugar las unas a las otras, se van distribuyendo en conjuntos caprichosamente armados, se van etiquetando entre ellas. Conversan, se burlan, se ríen hasta la afonía, gritan, se conocen, se olfatean, se quieren y se repelen, se acarician, lloran, se lastiman, se escuchan, se ignoran, brindan, duermen, existen, SON, mientras yo estoy distraída cocinando, caminando, conversando, entoldando, viviendo…