Para adquirir el libro NADIE SIENTE CON MI PIEL de Sandra A. González Saavedra (click abajo)



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Editorial Dunken - Librería on line

martes, 30 de octubre de 2012

De él aprendí...






El valor de la palabra, la importancia de decir lo que se piensa y hacer lo que se dice, la fuerza del empeño, el alcance de la constancia, la solidez de las ideas seleccionadas, la dignidad que da el trabajo, el valor de escuchar, la fuerza para opinar, el aval de la memoria, la entereza de la verdad, la tranquilidad de buscarnos nuestros lugares, el respaldo de un hogar, el empuje de los objetivos más allá de uno mismo, el encanto de aprender y el valor de saber.

De mi padre heredé genes pero, fundamentalmente, compartí historia, descubrí criterios, incorporé conceptos. No todos los que él tuvo para enseñar pero muchos de los que me hacen esta persona que soy.
Pero de todas las cosas, lo mejor es que recibí amor.

Toneladas de amor disfrazado de maníes con chocolate, de horas de viaje, de paisajes impagables, de frutas bajadas de los árboles, de piedras sacadas del fondo de los ríos y los lagos, de botes y remos, de cañitas de pescar improvisadas y lombrices y mojarritas, de libros y música, de espacio, de respeto por las decisiones propias y ajenas,  de explicaciones válidas para cada opción, de charlas y debates, de enojos y discusiones, de cosquillas en los pies para despertarme, de tostadas con dulces de leche,  de chacareras cantadas y bailadas, de zambas con su voz amada, de pensar y descubrir secretos en las letras de las canciones y abrazos con espaldas rascadas y películas frente a la tele con cerveza y maníes y tantas, tantísimas otras cosas que llenaron nuestros ratos juntos a lo largo de todos los años que compartimos… (¡Cómo te extraño papá!) 



jueves, 25 de octubre de 2012

martes, 23 de octubre de 2012

El chino Celeste Carballo con Andres Calamaro



Ella lo mira con amor,
el la desnuda en la habitación,
le ve de a poco toda la piel,
y la acaricia por primera vez. 
Y la locura de la ciudad
no se deja de escuchar,
el teme lastimarla
y ella no puede esperar más. 
Primero suelta un botón,
mientras el muere de pasión.
Ella lo hace muy bien
deja su mano descender
por su pecho hasta llegar
a donde hay miel... 
Va a ser mejor
olvidarse de todo esta vez,
va a ser mejor
volver a casa
después.
En el reloj cu-cu
solo son las seis, adiós bebe,
parece que fue ayer. 
El chino nunca perdió el control,
no conocía el verdadero amor.
Todos tenemos una debilidad
en el pantalón. 
Y la locura de la ciudad
no se deja de escuchar,
el teme lastimarla y
ella no puede esperar más.
Va a ser mejor
olvidarse de todo esta vez,
va a ser mejor
volver a casa
después.
En el reloj cu-cu
solo son las seis, adiós bebe,
parece que fue ayer.

viernes, 19 de octubre de 2012

La habichuela parlante





Alguna nube  en el cielo de la mañana sacó a la niña que fui del fondo de mi memoria. Mirando esa nube en  particular resonó en mi memoria La habichuela parlante. Recordé esa película de mi infancia casi como si no la hubiese olvidado. Lo cierto es que no logro juntar más de dos o tres datos poco relevantes. Un gigante, una planta que no paraba de crecer, un par de personajes peculiares y el avance de la nada. Inmediatamente, cual reacción en cadena, apareció otro film de mi niñez. Pippi medias largas. Un relato lleno de fantasía y complicaciones.
 
No hay ninguna particularidad en que recuerde esas películas. Supongo que cualquier persona de mi edad ha visto esas mismas escenas y también guarda algunos flashes en el fondo de la memoria. Sin embargo, esas historias me trajeron a mamá... Lo cierto es que tan chiquita  como era, no podría haber disfrutado realmente de toda esa fantasía si no fuese porque ella me leyó, con paciencia e histrionismo ilimitados, todos los subtítulos  de cada uno de esas películas una y otra vez.

Hay en el mundo personas adorables. Cuando una de esas personas es tu mamá crecer es algo extremadamente feliz.

jueves, 18 de octubre de 2012

32 dientes







Quiero zambullirme entre la hierba
Quiero confundirme con la luz del sol
Quiero sonreírme con mis 32 dientes
Quiero ser hermano de la creación
Quiero ser una montaña
Para estar cerca del sol
Quiero sentir amor
Late mi corazón
Quiero sentir amor
Late mi corazón
Quiero ser la reina de la frutería
Quiero ser el viento que le cante al sol
Quiero ser la lluvia que bañe la tierra
Quiero ser la tierra del labrador
Quiero ser una montaña
Para estar cerca del sol
Quiero sentir amor
Late mi corazón
Quiero sentir amor
Late mi corazón

miércoles, 17 de octubre de 2012

Despertares





 No es fácil levantarse. Es un acto que implica una gran fuerza de voluntad. Significa dejar atrás el mundo plácido de los sueños y el reposo para adentrarse en  la realidad... La inercia nos puede, hay que hacer un gran esfuerzo para vencer la quietud y la calma. Sin embargo, hay un momento puntual, definido, en el que uno siente que valió la pena hacerlo-

Justo después de abandonar la cama, llega el ritual de cada mañana. En mi caso, el momento de poner a hacer las tostadas, reunir en una taza los ingredientes del infaltable café con leche de cada día y poner música.

No es un instante cualquiera, no simboliza otro eslabón en la cadena de actos rutinarios... elegir la primera canción del día es un ritual. En realidad, no se trata de elegir sino de descifrar.

Hay algo, un mecanismo particular que hace que cada mañana una canción me despierte. Aún en los peores despertares, en las jornadas que predecimos atiborradas de complicaciones, mi cerebro se escabulle de los enredos y se esconde en una canción por unos segundos.


Si soy capaz de detectar la melodía exacta que suena en mi interior en el instante previo a abrir los ojos y la escucho tomando mi café con leche (ése que tomo en mi taza especial, con mis pantuflas más cómodas y el pelo alborotado), si todas esas acciones cotidianas se conjugan, entonces, aunque más no sea por unos minutos, soy una persona feliz y estoy en calma.


Después el mundo puede girar más rápido que nunca, la tristeza puede encontrar la grieta en la pared, puede el enojo crisparme los nervios o la ansiedad alterar mi respiración... durante todo un día sé a ciencia cierta que hay una canción en la que me voy a refugiar y que ese sonido en mi cabeza puede devolverme la calma.

Hoy, mi canción es esta!

  

martes, 16 de octubre de 2012

Un circo en la madrugada


Es muy temprano en la mañana. Para ser exacta, justo cuando la mañana empieza. A través del parabrisas del auto el horizonte se divisa casi completo. En el cielo apenas clareado, lejos, allá abajo, hacia el este, un puñado de nubes raídas. Entre los harapos aparece, lento pero constante el sol que los tiñe, los llena de colores y parece empujarlos. Surge, minuto a minuto, ese círculo levemente anaranjado en medio de un desparramo de rulos colorinches.
Acá en la ruta,  esta mañana, el sol salió al mundo con peluca de payaso y nos regaló un circo en la madrugada!

lunes, 15 de octubre de 2012

Descubriendo un mundo nuevo!






Hoy me hiciste llorar de alegría, si si, porque soy así, cuando algo feliz me llega al alma, también me llega a los ojos en forma de agüita salada. 
Estabas jugando con el iPad,  inmersa en tu mundo de dibujitos, colores y música.  Yo te observaba sin que te dieras cuenta y de repente vi que tu carita cambiaba,  una luz  muy brillante asomó a tus ojitos y te pusiste de pie con toda la longitud de tu añito y medio recién estrenado.  Muy decidida caminaste hasta la pila de libritos y buscaste uno, cuando lo encontraste, volviste al iPad y hojeaste el libro hasta encontrar una página,  y te quedaste un ratito mirando alternativamente el libro y el iPad, hasta que me buscaste con la mirada y comenzaste a balbucear todas tus palabritas, esas que sólo vos y yo entendemos porque juntas las vimos nacer y crecer. 
Y ahí fue cuando me dio un saltito el corazón y se me  llenaron los ojos de lagrimitas felices, porque habías descubierto que tu película y tu cuentito eran iguales!! 
¡¡¡Y conque alegría lo  manifestabas!!!  Jajajajaja, era tan lindo verte embarullada con las palabras que no querían salir y las manitos que no sabían qué tocar…

Ibas comprendiendo que el mundo es un poquito más grande de lo que imaginabas y que allí podías encontrar cosas asombrosas  como esta; tu twinkle twinkle estaba de pronto, ¡en dos lugares a la vez!!!
 



viernes, 12 de octubre de 2012

Deseos de viernes







Quiero ponerme un short y una musculosa, quiero hacerme un rodete en el pelo y pasear en bici, quiero comprar duraznos y sentarme en el pasto a comerlos y chupetearme los dedos, quiero cantar canciones divertidas, quiero recostarme boca arriba a la sombra de un palo borracho y sentir como la espalda se apoya completa contra la tierra, quiero jugar con el césped entre los dedos de los pies, quiero comer algodón de azúcar de colores con ansiedad de nena, quiero adormecerme sintiendo el vientito en la cara, quiero olvidarme de todas las pavadas con las que llenamos los días cuando crecemos, quiero cantar y bailar y jugar y reírme hasta que se me anude la panza y todavía, un poco más!!!

jueves, 11 de octubre de 2012





De repente florecieron todos los rosales de mi jardín.
¡La vida debería convertirse en música!




miércoles, 10 de octubre de 2012

Arco Iris


Puedo ponerme oscura y decir que no pierdas tu tiempo, que no valgo nada, que la vida es una basura. Puedo ponerme naranja y proponer que nos fuguemos un rato del mundo, que bailemos descalzos y nos riamos de todo y nos compartamos y desayunemos. Puedo ponerme rosa y clamar que no te ilusiones, que no soy, que nunca he sido querible. Puedo ponerme violeta y sugerirte que me saques la ropa prenda a prenda y sonreírme de las cosas que podemos hacer desnudos. Puedo ponerme gris y sentir que de a ratos, quizás, lo pasamos bien pero replantearme el precio de cada momento. Puedo ponerme amarilla y asegurarte que soy un viaje, que no me parezco ni una pizca a cualquier mujer que hayas conocido. Puedo ponerme azul y saber que no hay un antes y un después de mi. Puedo ponerme turquesa y planear viajes e imaginarnos abrazados con los pies en el mismo río. Puedo ponerme blanca y creer que la vida puede ser mucho más que encuentros casuales. Puedo ponerme roja y querer que me pienses más de lo decente y me extrañes con cada milímetro de tu piel. Puedo ponerme verde y saber que con el juego de descubrirnos tenemos para entretenernos.
Puedo ponerme como el arco iris y ser todas y ninguna.
(Pero estamos al horno si me decís que lo tuyo es el sepia…)