Para adquirir el libro NADIE SIENTE CON MI PIEL de Sandra A. González Saavedra (click abajo)



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Editorial Dunken - Librería on line

viernes, 21 de diciembre de 2012

Antes del fin






A mis amigos, compinches de utopia,
escuderos de mi zurdo corazón,
tercos quijotes, tontos de la colina,
por la calle de la desolación.

A mis hermanos, mentirosos trovadores,
poetas y ladrones, vendedores de ilusión,
titiriteros, chiflados y cuenteros,
lunáticos, leprosos, en la era del color.

Esa brisa que respira en la ventana,
azul misterio que viene desde el mar,
a mi barrio, al sur, con su mapa de estrellas
titilando en las botellas de algún bar.

Los borrachos, tentempiés en la tormenta,
bebedores de quimeras que no logran despertar,
a la neblina que camufla a los amantes,
clandestinos que se besan en lo oscuro de un zaguán.

Por el mundo, que redondo da revancha
en cada esquina, dejándote levantar,
cuando una puerta va y se cierra, siempre hay otra
que está abierta, invitándote a volver a comenzar.

A los que saben que la fama es puro cuento,
un triste invento que mató a su inventor.
Los que rechazan el falso brillo del vento,
por el simple placer de decir no.

No ser feliz es el peor de los pecados,
como dijo un viejo mago, ya al borde del cajón,
por eso elijo recordar de dónde vengo,
disfrutar mientras dé el tiempo, que tomorrow never knows.

A los trenes que regresan de Sansueña,
con un blues del Darno, rojo ceibo en flor,
a los bordonis que me habitan allá lejos,
custodiando lo que el tiempo se llevó.

A mi Lucía y mi Celia, mis amadas hechiceras,
curanderas de cualquier dolor,
a mis libros y mis discos, talismanes,
espejismo que me ayudan a seguir siendo yo.

Por el mundo, que redondo da revancha
en cada esquina, dejándote levantar,
cuando una puerta va y se cierra, siempre hay otra
que está abierta, invitándote a volver a comenzar...

De Walter Bordoni

sábado, 17 de noviembre de 2012

NO QUIERO

No quiero morir de viejo
No quiero que la vida se canse de mí



No quiero que algún día
El espejo me pase factura de lo que no di.
Y no quiero morir en misa
Prefiero morir de risa en alguna ocasión
No quiero ser noticia
Por no haber estrenado nunca el corazón
Prefiero vivir y viajar con el viento
Prefiero morirme en algún orgasmo a destiempo
No quiero vivir de recuerdos elegantes
No quiero morirme sin haberme muerto antes
No quiero jugar a tu espalda
No quiero llenarme la boca de fidelidad
No quiero vivir en concreto
No quiero firmar un decreto de conformidad
Prefiero vivir sin respuestas obvias
No quiero abrigo cuando afuera hace calor
Prefiero cartas de amor sin novias
Prefiero novias sin cartas de amor
Prefiero vivir y viajar con el viento
Prefiero morirme en algún orgasmo a destiempo
No quiero vivir de recuerdos elegantes
No quiero morirme sin haberme muerto antes

De: Adrián Berra

Lo que me pasa es que este mundo no lo entiendo...



 Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a roma
y es verdad porque el mío
me lleva cada noche al hueco que te nombra
y le hablo y le suelto
una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas;
luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.
Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido.
Que el final de esta historia,
enésima autobiografía de un fracaso,
no te sirva de ejemplo,
hay quien afirma que el amor es un milagro
que no hay mal que no cure
pero tampoco bien que le dure cien años;
eso casi lo salva,
lo malo son las noches que mojan mi mano.
Aunque todo ya es nada,
no sé por qué te escondes y huyes de mi encuentro.
por saber de tu vida
no creo que vulnere ningún mandamiento;
tan terrible es el odio
que ni te atreves a mostrarme tu desprecio,
pero no me hagas caso,
lo que me pasa es que este mundo no lo entiendo.

De: Luis Eduardo Aute




Todos los espacios creativos, viajan conmigo, revueltos, en mi maleta...


jueves, 15 de noviembre de 2012

Regresión




 
 Quiero vivir un día como los cumpleaños de cuando era nena. Salir al medio del descampado, remontar barriletes, inventar cuentos, comer panchos, jugar a la escondida o a la mancha en cualquiera de sus variantes.
Quiero correr carrerita con mis amigos y ser ladrón o policía y viajar a universos paralelos a la velocidad de la hamaca o ensuciarme las rodillas jugando a las bolitas.
Quiero que mi única responsabilidad sea volver a casa con todos los dedos y comer el azúcar con forma de palomitas de una torta decorada por mi papá y reventar una piñata para empacharnos de caramelos y confites…

Tengo tremendos antojos de niñez y de sol.

martes, 13 de noviembre de 2012

3 de agosto de 2012


 
 
 
Empezá el día con sueño pero alegre, muy alegre. Cantá por los pasillos, bailá en la cocina, sonreíle a toda la gente que te mira desconcertada o risueña.

Preparate un café con leche, conversá con gente divertida de cualquier cosa, debatí sobre la duración de una relación sexual como si hubiese algo para discutir del tema, reíte mucho, sentate en el piso justo a tiempo para evitar el desmayo, seguí sumando gente a la ronda y picoteá algo entre chistes e indirectas rústicas. Pedí un permiso especial y conseguilo. Contené las ganas de hacer pogo en la puerta del hospital y terminá de armar planes para un racimo de días no tan próximos pero, por suerte, para nada lejanos. Recibí un par de mimos hechos palabras y correspondelos lo mejor posible. Cumplí con todo lo pautado y no te sientas culpable por hacerte la rata al trabajo, porque hoy, de verdad, amerita.

Viajá rápido, llegá un poquito antes, esperá un ratito haciéndote eco de los nervios ajenos, acercate a la puerta cuando alguien de la  mesa examinadora llame para dar respuesta… Agradecele al mundo por esa sensación maravillosa de que el cuerpo te quede chico para contener tanto orgullo. Mirala, tan linda, tan muñeca de porcelana y disfrutá de ser parte de esa vida y de ese momento magnífico en que una persona por la que darías la vida termina una etapa de la mejor manera posible. Subite al auto y dedicate a llamar a varios amigos para que, de alguna manera, puedan estar ahí.


Encontrate con toda ese gente que no veías hace rato, renacé en ese abrazo, paseá otra vez los ojos por ese lugar que te hace tanto bien a la salud, al cuerpo, al ánimo. Sonreí grande, conocé gente copada, asombrate de ser una amiga de toda la vida, conversá con gente nueva como si ya se conocieran, sorprendete por una salida rarísima de alguno de los integrantes, volvé a sonreír cuando alguien te pregunte ¿vos sos locutora?, arreglá una cena para lo antes posible y salí a la calle después de otro abrazo y volvé a casa.

Alegrate hasta los talones por un gesto imprevisto y, a la vez, esperable nacido del puro orgullo de otra persona, hacé un brindis en honor a la doctora, servite una porción de pizza y sentate a reconstruirte en la charla, en la cerveza, en el rato de fiesta de entre casa.

¡Algunos días son tan importantes que hay que concentrarse con énfasis para rescatar todos los detalles!!!
 
 
 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Viajar ligero







Siento que cada día que pasa es más ligero mi equipaje, y está bueno que así sea.

¿Para qué arrastrar tras de mí pesadas cajas de pasado cuando puedo apilar montones de presente y regocijarme en ello?

El pasado está por allí, en algún lugar y no reniego de él.  Es el que me hace ser quien soy hoy,  pero llevarlo a cuestas como agobiante  mochila no suma, no aporta… Viajar ligero por la vida es mi consigna.  Con grandes espacios internos para que entre lo nuevo,  lo que nos hace crecer y explorar nuevas instancias de nuestro propio ser en constante cambio y evolución.

¿Vamos? 
¿Te animás a desprenderte de las cajas pesadas de pasado y cargarte en cambio de novedosas pilas de presente continuo?  Quién te dice, por ahí tenés suerte y el presente se convierte en perfecto!!!

martes, 30 de octubre de 2012

De él aprendí...






El valor de la palabra, la importancia de decir lo que se piensa y hacer lo que se dice, la fuerza del empeño, el alcance de la constancia, la solidez de las ideas seleccionadas, la dignidad que da el trabajo, el valor de escuchar, la fuerza para opinar, el aval de la memoria, la entereza de la verdad, la tranquilidad de buscarnos nuestros lugares, el respaldo de un hogar, el empuje de los objetivos más allá de uno mismo, el encanto de aprender y el valor de saber.

De mi padre heredé genes pero, fundamentalmente, compartí historia, descubrí criterios, incorporé conceptos. No todos los que él tuvo para enseñar pero muchos de los que me hacen esta persona que soy.
Pero de todas las cosas, lo mejor es que recibí amor.

Toneladas de amor disfrazado de maníes con chocolate, de horas de viaje, de paisajes impagables, de frutas bajadas de los árboles, de piedras sacadas del fondo de los ríos y los lagos, de botes y remos, de cañitas de pescar improvisadas y lombrices y mojarritas, de libros y música, de espacio, de respeto por las decisiones propias y ajenas,  de explicaciones válidas para cada opción, de charlas y debates, de enojos y discusiones, de cosquillas en los pies para despertarme, de tostadas con dulces de leche,  de chacareras cantadas y bailadas, de zambas con su voz amada, de pensar y descubrir secretos en las letras de las canciones y abrazos con espaldas rascadas y películas frente a la tele con cerveza y maníes y tantas, tantísimas otras cosas que llenaron nuestros ratos juntos a lo largo de todos los años que compartimos… (¡Cómo te extraño papá!) 



jueves, 25 de octubre de 2012

martes, 23 de octubre de 2012

El chino Celeste Carballo con Andres Calamaro



Ella lo mira con amor,
el la desnuda en la habitación,
le ve de a poco toda la piel,
y la acaricia por primera vez. 
Y la locura de la ciudad
no se deja de escuchar,
el teme lastimarla
y ella no puede esperar más. 
Primero suelta un botón,
mientras el muere de pasión.
Ella lo hace muy bien
deja su mano descender
por su pecho hasta llegar
a donde hay miel... 
Va a ser mejor
olvidarse de todo esta vez,
va a ser mejor
volver a casa
después.
En el reloj cu-cu
solo son las seis, adiós bebe,
parece que fue ayer. 
El chino nunca perdió el control,
no conocía el verdadero amor.
Todos tenemos una debilidad
en el pantalón. 
Y la locura de la ciudad
no se deja de escuchar,
el teme lastimarla y
ella no puede esperar más.
Va a ser mejor
olvidarse de todo esta vez,
va a ser mejor
volver a casa
después.
En el reloj cu-cu
solo son las seis, adiós bebe,
parece que fue ayer.

viernes, 19 de octubre de 2012

La habichuela parlante





Alguna nube  en el cielo de la mañana sacó a la niña que fui del fondo de mi memoria. Mirando esa nube en  particular resonó en mi memoria La habichuela parlante. Recordé esa película de mi infancia casi como si no la hubiese olvidado. Lo cierto es que no logro juntar más de dos o tres datos poco relevantes. Un gigante, una planta que no paraba de crecer, un par de personajes peculiares y el avance de la nada. Inmediatamente, cual reacción en cadena, apareció otro film de mi niñez. Pippi medias largas. Un relato lleno de fantasía y complicaciones.
 
No hay ninguna particularidad en que recuerde esas películas. Supongo que cualquier persona de mi edad ha visto esas mismas escenas y también guarda algunos flashes en el fondo de la memoria. Sin embargo, esas historias me trajeron a mamá... Lo cierto es que tan chiquita  como era, no podría haber disfrutado realmente de toda esa fantasía si no fuese porque ella me leyó, con paciencia e histrionismo ilimitados, todos los subtítulos  de cada uno de esas películas una y otra vez.

Hay en el mundo personas adorables. Cuando una de esas personas es tu mamá crecer es algo extremadamente feliz.